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una breve introducción sin líneas rectas

April 22, 2013

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Capítulo Tercero: Actualización del sistema: la geografía se convierte en historia, lo analógico se vuelve digital, los individuos son ahora la masa, el nicho es la corriente dominante, lo local se hace global – cambien todos, por favor.

En una sociedad mediática, las unidades básicas son las grandes “masas” colectivas. La sociedad red, sin embargo, está formada por individuos que establecen conexiones voluntarias con otros individuos, sea cual sea su ubicación. En una sociedad red, la red se convierte en la unidad básica de organización a todos los niveles (individuos, grupos u organizaciones). Las redes sociales virtuales, las redes de medios de comunicación y las redes tecnológicas actúan como catalizadores de la sociedad red.

Steve Watts es un próspero hombre de negocios californiano. Un buen día, decide tomar unas vacaciones con su familia viajando en tren por Europa, y sus hijos le ruegan que aproveche la ocasión para leer los libros de Harry Potter que a ellos tanto les han gustado. Watts decide dar el salto a la era digital y se compra el último iPod, en el que carga los libros de Harry Potter como archivos de audio.

iphone shuffle journey

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Mientras se coloca los icónicos auriculares blancos y el Roma-Turín de las 16:16 deja la estación, Watts mira por la ventanilla del tren y deja que le invadan los paisajes y las historias. Mientras desayunan, llegada la semana a su fin, anuncia, para horror de sus hijos, que Harry Potter está profundamente sobrevalorado. Más bien es una bazofia. Sus hijos se quedan perplejos. Obviamente, no comparten su opinión, así que Steve les explica que los libros no tienen ni estructura ni trama y que los personajes no paran de entrar y salir sin orden alguno.

Los hijos de Steve toman su iPod, lo observan, y rompen a reír hasta llorar, para consternación de su padre. ¿Por qué? Porque Watts se había pasado toda la semana escuchando Harry Potter en modo aleatorio.  No entendía el modo aleatorio, y en esta simple historia cotidiana se encuentra el meollo de Sin Líneas Rectas. Muchos de nosotros solo hemos experimentado una vida y una cultura lineal, y la incapacidad de Watts para concebir la mera posibilidad de un modo aleatorio es un simple pero claro ejemplo de esta realidad.

Al utilizar un enfoque lineal en lo que hacemos, cómo lo hacemos, con quién lo hacemos y cómo lo compartimos y comunicamos, éste funciona como un marco o una lente que nos hace ver nuestro mundo y actuar en él de una forma muy particular. El modo aleatorio es un ejemplo de enfoque no lineal, un medio a través del cual podemos acceder al mundo, revisarlo e interpretarlo de forma distinta. Pero para algunos es muy difícil de asimilar.

Piénsenlo de la manera siguiente: las únicas líneas rectas fabricadas en el mundo natural son fabricadas por el hombre y, de esta forma, nuestro mundo industrial ha sido construido con la misma lógica y filosofía rectilínea. Sin embargo, la naturaleza carece de líneas rectas. La naturaleza fluye, está más conectada, las raíces de base son interdependientes. A la naturaleza le interesan poblaciones de individuos, no los individuos en sí. La naturaleza es evolutiva, y es un organismo. “Los organismos vivos han nacido para resolver problemas” dice John Holland. “Demuestran una versatilidad que haría sonrojar hasta al mejor programa informático”. Sugiere un tipo de procesos y lógica diferente, no centralizado, burocrático o inflexible. Este es el mundo sin líneas rectas.

Para los pensadores rectilíneos el mundo sin líneas rectas es como vivir en tierra desconocida: las costumbres, el idioma y los símbolos son completamente marcianos y desconcertantes. Son forasteros, incapaces de participar plenamente, ya que carecen del entendimiento, conocimiento y capacidad que precisarían para involucrarse completamente. Pasan a observar conmocionados el mundo vital que les rodea. El impacto visceral, sin embargo, es que no se trata de una tierra desconocida, sino de sus propios patios traseros. Como comentó un visitante de mi blog: “No sé qué tipo de software, valores, y políticas han podido utilizar estas redes para que la gente exhiba estas cualidades femeninas en Internet, pero básicamente están cambiando el comportamiento de la gente, y el nuevo comportamiento tiene una naturaleza femenina.”

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the networked society looks like this

Todo ello afecta profundamente la forma en que se crea la cultura, se hacen negocios o se estructuran las organizaciones. Nuestro mundo de negocios, medios y comunicaciones está evolucionando desde las líneas rectas de la era industrial hacia un mundo más complejo y en red que imita a la naturaleza. Como propuse anteriormente, este mundo-red interactivo no se basa en silos verticales, nociones tradicionales de creación de productos y servicios, producción en masa y medios de comunicación y marketing masivos. Se basa en flujos masivos de personas que se conectan, colaboran, organizan y crean de una forma que nada tiene que ver con el enfoque lineal. Se trata de una cultura verdaderamente involucrada y participativa. Durante más de 150 años, nuestra economía, nuestra cultura y nuestra sociedad han sido definidas por la lógica rectilínea, lo cual ha dado lugar a un éxito económico considerable. Sin embargo, en los albores de la sociedad red, una  lógica rectilínea a la hora de hacer las cosas se convierte en un obstáculo al progreso. ¿Por qué? Porque en opinión de muchos, el cambio que acarrea la sociedad red es de naturaleza estructural.

Deseduquémonos: el lenguaje apropiado para la sociedad red: Basta juntar unas palabras para se convierten en una ventana filosófica hacia el mundo, dándole forma y razón a nuestras acciones. Volvamos a la cibernética y a la teoría de sistemas, que surgieron para facilitar la colaboración interdisciplinar en el MIT durante la Segunda Guerra Mundial. Norbert Weiner juntó una serie de palabras que no solo englobaban sino que también facilitaban activamente las conexiones entre contactos y la iniciativa empresarial, explica Fred Turner. Weiner se apropió de la palabra homeostasis, propia de la fisiología y la aplicó a los sistemas sociales; tomó prestada la palabra “feedback” de la ingeniería de controles; y a partir del estudio del comportamiento humano, trazó los conceptos de aprendizaje, memoria, flexibilidad y propósito. Estas palabras entraron a formar parte de un lenguaje universal que dio lugar a una disciplina universal. Los científicos que trabajan en equipos multidisciplinarios, dice Turner, “cuando se saltan las barreras entre una disciplina y otra, lo justifican recurriendo al lenguaje de la cibernética“.

Nuestro verdadero analfabetismo, dice el artista Hundertwasser, es nuestra incapacidad para crear. Y existen precedentes de cambios políticos. Tony Judt aduce que el lenguaje utilizado por los panfletistas y periodistas como retórica de acción popular en la Francia del siglo XVIII fue el artífice de la construcción de una sociedad diferente y funcional tras la Revolución Francesa. Nuestro deber ahora es olvidar las lecciones aprendidas y la definición filosófica que nos han llevado a este callejón sin salida cultural, ideológico y económico. Debemos liberar a este siglo de su actual cautiverio. Tal y como escribe Ivan Illich, la desinstitucionalización es el desafío que hay que superar para lograr salir del malestar actual. Necesitamos liberarnos de la forma en que nos enseñaron a pensar y vivir nuestra vida, la cual tiene su origen en una era de industrialización y sociedad de consumo masivo. En 1611 se publicó la Biblia del Rey Jacobo. Fue la primera Biblia escrita en inglés para el hombre de a pie, en lenguaje común, y fue crucial porque sus palabras contenían ideas, ideas radicales que, en opinión de muchos, han tenido un efecto decisivo en numerosas revoluciones sociales, como por ejemplo la Guerra Civil Inglesa, la Guerra Civil Americana, incluso para Martin Luther King, que la utilizó para elevar las esperanzas y aspiraciones de los afroamericanos, y para convertirlos en una fuerza en pos de la revolución social y el cambio. A mi juicio, por lo tanto, lo que decimos, y cómo lo decimos, el lenguaje que decidimos utilizar como parte de nuestra jerga diaria, tiene mucho que ver con lo que viene después.

Y para ello necesitamos un nuevo lenguaje. Observemos estos dos ejemplos: “la producción de software compartido es una forma de comunismo” ha declarado Steve Ballmer, de Microsoft, mientras que Alan Rusbridger, el director de The Guardian, ha manifestado: “la mutualidad es nuestra estrategia de negocios”. Estas dos breves frases se sitúan dentro de una visión del mundo que influye fundamentalmente en acciones y consecuencias, y en este caso concreto, en el éxito o fracaso de una compañía. Entonces, ¿qué nos quedamos, y que dejamos atrás definitivamente? El pensamiento rectilíneo acaba aquí.

Atrás quedan: la jerarquía, los silos, el valor insostenible, la cultura constreñida, el fundamentalismo de mercado, los dogmas, el apartheid creativo, la opacidad, la guerra contra todo, el control de la distribución de la información, las estructuras y el pensamiento vertical, la teoría económica neoclásica, las ideologías fundamentalistas, las unidades humanas de consumo, las unidades humanas de producción, la educación como cría en batería,

O, si recurrimos al modelo de confrontación de opuestos, tenemos:

Sistemas operativos humanos >< mentalidad de la era industrial

Cultura creativa >< cultura de gestión

Personas >< la tiranía de los números

Redes >< silos

Transparencia >< opacidad

Autoridades fiables >< “autoridades” no fiables

Autenticidad >< falsedad

Medios calientes >< medios fríos

Redes de comunicación ><  difusión de comunicación

 Co-creación de conocimiento >< sistemas de conocimiento cerrados

Efectividad >< eficiencia

Flujos de información >< distribución controlada

Plataformas abiertas >< jardines amurallados

Mutualidad >< “Es todo mío”

Cooperación >< coordinación

Participación >< interrupción

Afinidades electivas >< comunidades de necesidad

Creative Commons >< Copyright

De abajo a arriba >< de arriba a abajo

Creencia y valores >< posicionamiento

Ecología >< silos

Comunidad de consumidores >< base de consumidores

Y tal y como explica Gary Hamel en su libro llamado El Futuro de la Administración: Todo el mundo tiene voz; Las herramientas de la creatividad se hallan ampliamente distribuidas;  experimentar resulta fácil y barato; la capacidad vale más que las credenciales y los títulos; el compromiso es voluntario; el poder se garantiza desde abajo; la autoridad es fluida y depende del valor añadido; las únicas jerarquías son “naturales”; las comunidades se definen por sí mismas; los individuos disponen de abundante información; casi todo está descentralizado; las ideas compiten en igualdad de condiciones; los encuentros entre compradores y vendedores son muy sencillos; los recursos son libres de seguir a las oportunidades; las decisiones se basan en el grupo. Y, como muchos han apostado en los últimos diez años, la red es más poderosa que el nódulo.

Como el lector observará a lo largo del recorrido de este libro, el lenguaje se vuelve extremadamente importante a la hora de formular lo que se hace y cómo se hace. Pero tomemos la idea de la realidad mixta y exploremos su significado. No existe el modo conectado o desconectado, solo la realidad mixta. Esta fue la visión de Willian Gibson, el autor y escritor de ciencia ficción e inventor de la palabra “ciberespacio”. Escribió:

Una de las cosas que les parecerán más pintorescas de nosotros a nuestros nietos es que distinguimos lo digital de lo real, lo virtual de lo real. En el futuro, esto será literalmente imposible. La distinción entre ciberespacio y lo que no es ciberespacio va a ser inimaginable. Cuando escribí Neuromante en 1984, el ciberespacio ya existía para unos pocos, pero no pasaban todo su tiempo en él. El ciberespacio estaba allí, y nosotros estábamos aquí. Ahora, el ciberespacio está aquí, para muchos de nosotros, y allí ha pasado a ser cualquier estado de relativa desconexión. Allí, es donde no tienen Wi-Fi.

Dada mi fascinación por la comunicación, la cultura, el comercio, la tecnología y los medios durante la mayor parte de la última década, originada en parte al observar a mis tres hijos navegar hábilmente por la vida a través de lo virtual y lo real como si fuera el pan de cada día, encuentro la observación de Gibson ostensiblemente obvia. Cuando era un niño, viviendo en un mundo de escasez, devoraba cualquier contenido que cayera en mis manos. Los medios de comunicación eran estructurados, inflexibles y no portátiles, definidos por sus procesos de producción y distribución. Los libros eran libros, la televisión era la televisión y el cine era el cine, pero no se mezclaban. Crecí en un mundo lineal, y un mundo de escasez. Sí, ponían el Capitán Scarlet, Joe 90 y Space:1999 en la tele durante dos horas los domingos por la tarde, pero luego vuelta a los Legos o Meccano o a dibujar.

Mi hijo Josef, por otro lado, nació en un mundo de abundancia. De pequeño, solía pedirme que le trajera su enorme caja de dinosaurios a la sala de estar. A continuación me pedía que pusiera el video de Parque Jurásico. Se sentaba conmigo, y al cabo de 10 minutos, sacaba sus dinosaurios. Parque Jurásico se convertía en el telón de fondo contextual, auditivo y emocional de su juego, que continuaba horas y horas. Después, monstruos de una emisión japonesa, un castillo medieval, aviones de combate y un superhéroe de juguete que compramos por un dólar en un rastrillo en California entraban en juego. Yo le observaba, fascinado por este juego de realidad mixta. Josef sabía mezclar instintivamente diferentes medios para realzar y mejorar su juego.

Así que tenemos todo tipo de experiencias reales y virtuales, y combinamos estos dos aspectos para mejorar y realzar nuestras experiencias. Volviendo a Josef, este sería para él un día normal: se levanta por la mañana, baja al piso de abajo y enciende la televisión. Quizá vea CBeebies, o juegue un rato a la Xbox 360. Después llama al teléfono de casa su amigo Tom, los dos están jugando al mismo MMORPG (Multiplayer Online Role Playing Game). Para frustración mía, Josef enciende el manos libres, con lo que puedo oír la conversación por toda la casa. Entonces llaman al timbre. Llegan más amigos de Josef, deciden jugar a Call of Duty, Modern Warfare y – claro está – comienzan un gran debate sobre el juego multijugadores, estrategia y tácticas. Después salen al jardín trasero y juegan al tú la llevas. Miro por la ventana y les veo subiéndose a los árboles y a la pérgola, y tirándose por el seto de laurel. Irrumpo en el jardín, les regaño, y se van refunfuñando a la pista de skate. Más tarde, llamo al móvil de Josef y le digo que vuelva a casa. Gruñe y protesta, y al final vuelve a casa lleno de arañazos y moratones. Ve los Simpsons en la televisión, quizá juguemos una partida de baloncesto, y después ve algunos videos de YouTube en su ordenador. Antes de irse a dormir, me da un fuerte abrazo. ¿Qué nos importa esta historia? El mundo de Josef no está definido por una sensación artificial de separación entre lo real y lo virtual; es una realidad mixta y en red, y cuando él sufre en ese mundo es cuando falta la conectividad. Cuando no puede alternar simultáneamente entre la conexión vital a la información, el contenido y la experiencia, parte de la cual crea él mismo, se frustra: “¿Quién ha apagado Internet?” vocifera, o “Se me ha acabado el saldo” o “¡Nadie quiere jugar conmigo!”

Así que quizá, cuando pensamos en el lenguaje, lo primero que viene en mente es la palabra “digital”. La idea de que lo digital es diferente de lo analógico es importante, porque a partir de ella se crea un modelo mental que define nuestra visión del mundo. Russell Davies opinó en su blog Meet the New Schtick: “Hoy en día hay mucha gente que ha integrado completamente la “digitalidad” en su vida.’ Hasta tal punto que tiene el mismo sentido decir que son digitales que decir que respiran aire ¡y que lo diga! Sin embargo, la información que las tecnologías digitales han catalizado en Internet y en las pantallas está empezando a emigrar hacia el mundo real de los objetos. Las ideas y las posibilidades relacionadas con la comunidad, la conversación, la colaboración y la creatividad están resultando ser reales, acontecimientos reales, lugares reales y objetos reales.

En esta realidad mixta, podemos vivir dos vidas diferentes, pero convergentes. Podemos conectarnos de forma local – los vínculos físicos inmediatos son experiencias de las que como humanos tenemos una necesidad imperiosa – y también podemos sentirnos realizados participando, a través de tecnologías digitales, en la creación de otras experiencias que transcienden el tiempo y el espacio. Mientras escribo estas líneas, estoy sentado en la biblioteca de la Universidad de Cambridge, y compraré mi almuerzo en Market Square, pero también estoy conectado y colaborando con personas que viven en lugares tan remotos como Japón, Estados Unidos, Brasil o Finlandia. Los lectores de mi blog proceden de todas partes del mundo, pero yo vuelvo a casa en el pueblo en el que vivo, beso a mi pareja, abrazo a mi hijo, y riego el huerto. Si tuviera que elegir entre una de estas dos partes de mi vida, tendría solo media vida. Para mí, aquí es donde entran en juego las redes y la no-linealidad. La capacidad de converger muy distintos tipos de redes realza la condición y la experiencia humana.

No es ni lo uno ni lo otro. Personalmente, no soy un gran admirador de la palabra “digital”. Para mí, denota máquinas que no son parte de nuestro ADN. Por consiguiente, interpretamos lo “digital” como algo que nos roba el alma, o que no forma parte de nosotros ni vive en el mundo “real”. Y desde un punto de vista organizativo, lo digital se convierte en otro elemento de las líneas rectas; otro silo en los silos de la cultura empresarial y de la vida consumista. “¿Has decidido ya tu estrategia digital?” le pregunta un profesional a otro, en todos los sentidos excepto en el que debería tener.

Estaba leyendo el libro Fuera de Control: La nueva biología de las Maquinas, de Kevin Kelly, cuando me asaltó otro pensamiento: estamos conectando nuestro mundo analógico al mundo en red, casando la ingeniería con la evolución, y adaptando sistemas lineales a algo mucho más complejo. Y sin embargo, al mismo tiempo estamos dándoles nuevos propósitos, reprogramándolos para que funcionen de una forma nueva y simplificada. De la misma manera que mi hijo adapta sus recursos físicos y virtuales de forma instintiva en un juego mixto, Ben Terret, Tom Taylor y Russell Davies decidieron recopilar contenidos de Internet e imprimirlos en formato de periódico en ediciones limitadas de 1.000 copias.

La entrada de Ben en el blog me parece fascinante, porque al haber seguido una formación de diseñador tipográfico, y al haberme fijado en un periódico y pensado en su diseño en un punto de mi carrera, entiendo perfectamente la trayectoria de aprendizaje vertical de Ben sobre el diseño de periódicos, y me fascina todavía más su mezcla de blogs al natural, con todas sus gloriosas imperfecciones, con 500 años de historia de la palabra impresa. “No modificamos ningún comentario” escribe Ben, así que están llenos de erratas, y muchas columnas acaban a media línea. Es un fenómeno extraño. En una publicación real el redactor exigiría unas palabras más o unas palabras menos para corregirlo. Aquí no hay corrección de edición que valga. Pero…el resultado es una sensación ordenada de blog al natural en el que se trata la presentación de forma directa y simple. Copiamos los contenidos de todo el mundo sin preguntar, lo cual nos preocupaba bastante. Pusimos un gran descargo de responsabilidad…e intentamos que los autores recibieran copias antes que nadie. Pero obviamente necesitábamos incluir alguna forma de reconocimiento.

Su preocupación era innecesaria. Como declara Siva Vaidhyanathan: “En el mundo en red, lo malo no es que alguien utilice tu material, sino que nadie lo utilice.’

Me encanta esta idea, que las ideas, la información y la comunicación fluyan como un torrente a través de las redes de comunicación, en línea y fuera de línea. Ben apunta a un video que muestra la enorme impresora que replica su periódico por 1.000 en un segundo en YouTube. Y hay muchísimas más fotos en Flickr. ¿Qué puedo deducir de esta observación? Cualquier organización a la que le interesen las posibilidades de éxito de este mundo no lineal tiene que abordar algunos de los temas que definen estos tiempos. Yo propondría, además, que ser capaz de moverse con conocimiento y habilidad en la no linealidad es la forma de aprender a adaptarnos. Debemos intentar entender y comprehender plenamente este mundo no lineal; no debemos ser reactivos sino proactivos. Para ello necesitamos buscar el conocimiento como lo haría un artesano; debemos ser capaces de observar y evaluar de forma crítica como lo haría un artesano, y actuar utilizando las herramientas y los procesos apropiados, tal y como lo haría un artesano. Así se navega por la no linealidad.

Ben, Tom, Russell y Josef  son  un buen ejemplo de cómo moverse por la no-linealidad; entienden de forma intuitiva que mezclan el mundo físico y el digital – a su modo una nueva realidad. No se han quedado atrapados en la idea de que lo digital y lo analógico son dos elementos separados y exclusivos; han dado el salto a la sociedad red. Si volvemos a los modelos lingüísticos y mentales del mundo que diferencian el pensamiento rectilíneo del pensamiento no lineal, Euan Semple añade otro importante punto de vista a esta historia. Su visión es que las empresas, e incluso las organizaciones, no sobrevivirán fácilmente en el mundo no-lineal, porque:

  • Pensarán que se trata de tecnología.
  • No están preparadas para hacer frente a la fricción que causará el permitir a sus trabajadores conectarse.
  •  Lo considerarán parte de los negocios como siempre.
  •  Intentarán ‘”maximizar la efectividad del negocio”, sin darse cuenta de que implica un cambio radical en lo que es considerado efectivo.
  • Desalentarán a los pioneros de su uso hasta que se den por vencidos.
  • Serán desplumados por la industria informática a cambio de soluciones de excesiva ingeniería que no    cumplirán su cometido, por lo que pensarán que la “Empresa 2.0” no ha sido más que una decepción, y pasarán a la moda siguiente.
  • No tendrán suficiente paciencia.
  • Son los individuos, no las empresas, los que forman la Empresa 2.0.

La lección que extraigo de todo esto es que deberíamos conferirle más importancia a la comprensión de las necesidades fundamentales de los seres humanos, y trabajar desde esta realidad fundamental, en lugar de intentar imponer la ortodoxia lineal en los negocios, los modelos de negocios, los procesos empresariales, la eficiencia mercantil aplicada a la asistencia sanitaria o la educación y las estructuras organizativas en un mundo que no se basa en esa lógica. Recordemos: la naturaleza en red es ineficiente, pero sobradamente efectiva, así que ¿no deberíamos quizá devolver algo de margen a lo que hacemos, para ser un poco más efectivos? Nos estamos disociando de los siglos XIX y XX filosófica, tecnológica, cultural y comercialmente. Cuando se crea una nueva sociedad siempre es necesario encontrarle nuevos usos a lo viejo mientras liberamos a nuestra era del dominio de la anterior.

El poder de las redes: Puede que al lector le resulte obvio, o puede que no, el hecho de que vivimos en lo que se ha venido a llamar la sociedad red. La definición de Wikipedia describe que el término fue acuñado en neerlandés por Jan van Dijk en su libro de 1991 De Netwerkmaatschappij y por Manuel Castells en La Sociedad Red, el primer volumen de su trilogía La Era de la Información, de 1996. La entrada de Wikipedia indica:

Van Dijk define la sociedad red como una sociedad en la que la combinación de redes sociales y mediáticas da forma a su medio principal de organización y a las estructuras más importantes a todos los niveles (individuales, organizacionales, y societales). Compara este tipo de sociedad con una sociedad de masas cuya forma viene dada por grupos, organizaciones y comunidades (“masas”) organizadas de forma que todas están presentes físicamente de forma simultánea.

Estoy conectado a la red a través de mi blog, mi teléfono móvil, mis contactos de LinkedIn y la agenda de mi correo electrónico, a través de mis conocidos que están físicamente cerca, y otros de los que me separan grandes distancias. Puedo hablar por Skype mientras veo en video a mis contactos de Estados Unidos, Brasil, o Australia. Y este mundo conectado y en red no ha hecho más que empezar. Mil millones de personas están actualmente conectadas a través del Internet fijo. Pero cinco mil millones de personas estarán ya conectadas también a través de un dispositivo móvil hoy.

Todo surge a partir del fundamento de pensar y involucrarse en el mundo desde una perspectiva en red, no lineal, y participativa. El tiempo se puede alterar, las distancias se pueden reducir, la capacidad de compartir, utilizar, añadir, coleccionar, conectar, integrar, y filtrar información reconfigura todo lo que hacemos, todo lo que podemos hacer, y todo lo que haremos. Este mundo red no lineal nos da acceso a la información, y, a la vez que transmite información a una velocidad superior a la de la luz, derriba los peajes que las empresas, organizaciones y gobiernos han ido construyendo durante siglos, volviéndolos además inútiles e irrelevantes. Es interesante notar que de los trillizos nacidos en 2005, Facebook, YouTube y Myspace, mientras que dos de ellos están vivitos y coleando, el tercero no puede decir lo mismo. News Corp compró Myspace por un valor de 580 millones de dólares en la venta del siglo, no porque entendiera que el valor real se escondía en la red de redes sociales y ofreciera una salvación monetaria, sino porque en el momento de la compra Myspace tenía la mayor afluencia de internautas. Los compradores rectilíneos comienzan entonces a tratar a la comunidad de Myspace, no como a una comunidad, sino como una audiencia que se puede comprar y vender, como cualquier otra audiencia de los medios de difusión corrientes – pero no lo era. La compra por parte de ITV de Friends Reunited es otro ejemplo de ortodoxia comercial que funcionó muy bien en el pasado pero fracasa estrepitosamente en un paradigma diferente.

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out of our comfort zone

¡Pero cómo te atreves!: los arrolladores efectos de la no linealidad: El mundo no lineal genera ambigüedad, y esto causa enormes problemas a las personas y a las organizaciones en las que trabajan. Cómo actuar, cómo ser, qué es aceptable, son algunas de las preguntas que se plantean. Hace unos años fui invitado a la editorial de revistas EMAP para hablar sobre comunidades de práctica, comunidades de interés, los blogs, y la comunicación social. En mi presentación mencioné un número del cómico Bill Bailey sobre las tres posibles formas del universo (esférico como una pelota, largo y delgado como un tallarín, o en forma de silla de montar). Mientras contaba esta historia, enseñé una foto de la nave espacial Enterprise junto a la versión del tiempo de Salvador Dalí, un cuadro en el que diferentes relojes se deshacen sobre ramas de árboles y enormes rocas. Dije que habíamos dejado atrás el lugar cálido y cómodo que representa nuestro mundo analógico y que ahora nos encontrábamos en un universo en el que, como la nave espacial, estábamos intentando encontrar nuestra ruta por el universo red no lineal. Un empleado levantó entonces la mano, y pronunció: “¡Cómo se atreve a venir aquí y decirme que mi mundo analógico ya no existe, especialmente en un lugar donde se hacen revistas reales y periódicos reales!”. Intercambiamos puntos de vista. Pero está claro que le hice sentir muy incomodo. Es como si me hubiera presentado ahí y hubiera dicho “Aquí hay dragones”.

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making sense of our non-linear world

Más tarde me senté con algunos empleados para que probaran por primera vez a escribir un blog. Las preguntas eran revel adoras. “Si a mi jefe no le gusta algo de lo que escribo, ¿me despedirán?”, por ejemplo. Ya podía entrever los profundos problemas estructurales que las organizaciones iban a tener en un mundo en red orientado hacia lo social. Las viejas normas simplemente no tendrían aplicación. Las personas acostumbradas a las normas según las cuales habían trabajado la mayor parte de su vida adulta iban a tener que enfrentarse a desafíos éticos y comerciales para los que no parecían estar preparados. Simplemente carecían de una cultura necesaria para entender cómo crear dentro del nuevo paradigma. Exploremos la idea de que los mercados son conversaciones, las organizaciones deberían ser permeables, y la transparencia desempeña un papel vital cuando todo y todos están conectados a todo lo demás.

Esto es sólo una anécdota, pero piensen en ello. Utilicen uno de los ejemplos que he incluido en Sin Líneas Rectas en su organización, y observen qué sucede. Pregunten en su departamento jurídico qué les parece el código abierto (la IP compartida), la creación conjunta y Creative Commons y ya verán que tipo de reacción obtienen.

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